jueves, 23 de julio de 2015

¿Qué almuerzan nuestros hijos en el colegio?


 Una pregunta que todos los padres deberían poder contestar



Actualmente las madres de niños pequeños  enfrentan un desafío que hace unas décadas no experimentaban. Cada vez se hace más necesario enviarlos a colegios durante horarios extendidos, completando 7, 8 y 9 hs. Por lo que esos niños deben almorzar en el colegio y el dilema consiste en cómo alimentarlos bien.  Se presenta entonces la disyuntiva contratar el catering con el que trabaja el colegio o enviarle una vianda preparada en casa.
Trabajando ambos padres, la respuesta en muchos casos sería elegir el catering pensando que comerán comida recién hecha por tanto mejor a la que podríamos mandarle en una vianda, conclusión a la que llegamos juntando lo práctico con lo conveniente.
 Y así fue en mi caso, opté por el servicio de catering, uno de los más conocidos que provee a la mayoría de los colegios. No resultó, pues no comía nada. Pude confirmar que era porque la comida  no era para nada estimulante, ni en sabor, ni visualmente además dudosamente equilibrada.
 Básicamente los alimentos eran combinados casi sin elaboración y cuando no, eran los mismos que adquirimos congelados  en el supermercado.
A modo de ejemplo, vean  copia del menú que ofrecen;
  

Si dejamos de lado los títulos de las comidas que las hacen ver tentadoras, al traducirlo  a la  realidad encontramos por ejemplo que no es más que;
 4 o 5 tomates cherry únicamente lavados sin ningún aderezo,
 Arroz blanco seco al igual que el pollo,
 Formitas de pescado, las mismas que conseguimos congeladas,
 Purés de papas de  caja,
 Rollitos de jamón cubitos de queso
Nuggets de pollo de nuevo las que conseguimos congeladas
Fruta pelada oxidada
Postrecitos  y gelatinas ¿iguales a cuáles?... ¡adivinen que!
 El día que más comía era cuando le mandaban fideos con aceite y queso o el día que le tocaba hamburguesa (nuevamente de las congeladas con una feta de queso).
 Entonces me dije ME ESTAN TOMANDO PELO por esto pagaba $3.600 por mes, pero lo peor no era lo que pagaba sino que era que lo ,pagaba por nada porque la comida venía toda de vuelta a casa. El niño tenía órdenes de traer lo que sobraba siendo ésta  la única forma de controlar lo que comía y lo que no. Fue allí donde pude probar cada alimento y la verdad es que solo las comes si te obligan. Me sentí culpable porque muchas veces lo increpé, rezongué y hasta le puse penas por no haber comido.
Así que me dije:  “eso de calentar comida congelada lo puedo hacer yo, pues no lleva mucho tiempo”. Entonces  en principio me propuse hacerle una comida muy parecida a la que les sirven los catering pero introduciéndole algunas mejoras a ver qué pasaba  a ver si seguía viniendo la comida de vuelta. En seguida empezó a notarse el cambio hasta que un día le agarré la onda y logré a tener un menú casi fijo para 10 días que lo voy administrando de acuerdo a las necesidades de el niño y de lo que tenga en casa. Lo más importante muy fácil de hacer, saludable y equilibrada. El menú a su vez varía si es invierno o verano.
 Una de las cosas por las que terminamos contratando la comida de los catering es porque nos mata tener que pensar que hacer cada día. Haciendo una lista que podamos tener a la vista con las distintas comidas que más les gusta reduce, considerablemente  el stress y por supuesto el tiempo.
Aquí les incluyo la lista en la que yo me baso para prepararle las viandas diarias, ya pronta para que la puedan imprimir.




 Generemos hábitos de comida saludable
 Siendo que están en pleno desarrollo, el tipo alimentación es uno de los factores que determinan su condición física actual pero sobre todo a futuro, ya que desde edades tempranas se generan hábitos de conducta que ya se sabe serán muy difíciles de modificar a futuro.  


 Los niños cada vez menos relacionan la comida con una experiencia placentera por la falta de tiempo de los adultos. Cada vez dedicamos menos tiempo a cocinar, menos tiempo a comer, y también menos tiempo para enseñarles a los niños cómo alimentarse. Más de una vez he escuchado  a  psicólogas decir, que hay que servirles la comida que toco ése día y si no la comen en unos 20 min, no importa, se la servimos más tarde luego la comerán. Lo que me parece un error que si además se la servimos fría le estamos imponiendo una penitencia.
Ya es sabido,  lo conveniente que es tomarse todo el tiempo para masticar y comer tranquilamente. La realidad es que vivimos apurándolos, lamentablemente el colegio no escapa a esto, verán que tienen media hora para comer, tiempo  que incluye el pasaje por el micro y guardar el tuper y lavarse los dientes.  Los que trabajan saben muy bien lo que es comer en media hora. La mayoría de las veces mi hijo me decía que no comió todo porque no le dio el tiempo. Yo recomiendo por éste motivo; enviarles comida que sea práctica de manejar y si pueden comerla con la manos mejor, las reglas de etiqueta  deberían pasar a un segundo plano ante una buena alimentación.
Por otro lado hay padres que le pueden dedicar poco tiempo a sus hijos en la semana, y el escaso tiempo que le dedican es precisamente durante la cena, no digo que sea malo cenar en familia pero el interactuar los padres con sus hijos  casi exclusivamente cuando hay comida de por medio, los niños internalizan que es a travéz de la comida que debemos relacionarnos con los demás. No en vano la mayoría de los adultos no concebimos un paseo o salida que no sea alrededor de una comida. Seguramente terminen relacionando la comida con algo que les reconforta. Hay que enseñarles que hay que comer para vivir y no vivir para comer. Tampoco es conveniente para los ellos ni para los adultos que la ingesta principal del día sea por la noche, recordando el famoso dicho;
Desayunar como un rey,                       
Almorzar como un príncipe,     
Y cenar como un mendigo.   

Propongámonos que el almuerzo sea una comida completa y no de paso.
Tampoco hay que utilizar la comida como recompensa, besos abrazos y palabras de alabanzas son el mejor alimento para el alma. Hay mucho contenido emocional en la comida, recuerden que es el primer vínculo que se establece en primer lugar con la madre y luego con ambos padres.
Hay una máxima que dice: Uno es lo que come, y como todo padre queremos ayudar a nuestros hijos que lleguen a ser lo mejor que puedan ser, por eso le elegimos el mejor colegio al que los podemos llevar, los mejores zapatos, los mejores juguetes etc. ofrezcámosles entonces la mejor comida que le podamos brindar.
Una buena alimentación dependerá obviamente de  las proporciones correctas de las frutas y verduras, cereales proteínas y carbohidratos que ingieran, todos conocemos la famosa pirámide alimenticia. 

 Pero que la incorporen de una manera grata, afectara positivamente en su relación con la comida a futuro. Lograrlo dependerá no sólo que sea de su gusto sino de cómo se las sirvamos y de la temperatura adecuada. Porque de lo contrario no lograremos que adquieran esos buenos hábitos alimenticios que deseamos. Obligarlos a comer algo que no les guste no ayuda para nada por el contario hacemos que les fastidie aún más. Insistamos sí en que coman aquellos alimentos que saludables y que generalmente no les gustan a los niños, pero, luego de que hayamos encontrado la fórmula para prepararlos que queden ricos o disimulados. Finalmente  cuando lo que comen es sano  en las proporciones correctas nunca nos tendremos que preocuparnos si comen de más.
No quiere decir que resulte sencillo encausarlos en camino de la comida saludable indudablemente cuando comen en casa  es más fácil que cuando hay que planificar cocinarles y dirigir su alimentación a distancia  como cuando almuerzan en el colegio.  

En el próximo capítulo describo Menús sugeridos para los almuerzos de los niños en el colegio, elaborados en casa de una manera fácil y saludable.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario

Gracias por participar en esta página