Una pregunta que todos los padres deberían poder contestar
Actualmente las madres de niños pequeños enfrentan un desafío que hace unas décadas no
experimentaban. Cada vez se hace más necesario enviarlos a colegios durante
horarios extendidos, completando 7, 8 y 9 hs. Por lo que esos niños deben
almorzar en el colegio y el dilema consiste en cómo alimentarlos bien. Se presenta entonces la disyuntiva contratar
el catering con el que trabaja el colegio o enviarle una vianda preparada en
casa.
Trabajando ambos padres, la respuesta en muchos casos sería
elegir el catering pensando que comerán comida recién hecha por tanto mejor a
la que podríamos mandarle en una vianda, conclusión a la que llegamos juntando
lo práctico con lo conveniente.
Y así fue en mi caso,
opté por el servicio de catering, uno de los más conocidos que provee a la
mayoría de los colegios. No resultó, pues no comía nada. Pude confirmar que era
porque la comida no era para nada
estimulante, ni en sabor, ni visualmente además dudosamente equilibrada.
Básicamente los
alimentos eran combinados casi sin elaboración y cuando no, eran los mismos que
adquirimos congelados en el supermercado.
A modo de ejemplo, vean copia del menú que ofrecen;
Si dejamos de lado los títulos de las comidas que las hacen
ver tentadoras, al traducirlo a la realidad encontramos por ejemplo que no es
más que;
4 o 5 tomates cherry únicamente lavados sin ningún aderezo,Arroz blanco seco al igual que el pollo,Formitas de pescado, las mismas que conseguimos congeladas,Purés de papas de caja,Rollitos de jamón cubitos de quesoNuggets de pollo de nuevo las que conseguimos congeladasFruta pelada oxidadaPostrecitos y gelatinas ¿iguales a cuáles?... ¡adivinen que!
El día que más comía
era cuando le mandaban fideos con aceite y queso o el día que le tocaba hamburguesa (nuevamente de las congeladas con una feta de queso).
Entonces me dije ME
ESTAN TOMANDO PELO por esto pagaba $3.600 por mes, pero lo peor no era lo que pagaba
sino que era que lo ,pagaba por nada porque la comida venía toda de vuelta a
casa. El niño tenía órdenes de traer lo que sobraba siendo ésta la única forma de controlar lo que comía y lo
que no. Fue allí donde pude probar cada alimento y la verdad es que solo las
comes si te obligan. Me sentí culpable porque muchas veces lo increpé, rezongué
y hasta le puse penas por no haber comido.
Así que me dije: “eso
de calentar comida congelada lo puedo hacer yo, pues no lleva mucho tiempo”.
Entonces en principio me propuse hacerle
una comida muy parecida a la que les sirven los catering pero introduciéndole
algunas mejoras a ver qué pasaba a ver
si seguía viniendo la comida de vuelta. En seguida empezó a notarse el cambio
hasta que un día le agarré la onda y logré a tener un menú casi fijo para 10
días que lo voy administrando de acuerdo a las necesidades de el niño y de lo
que tenga en casa. Lo más importante muy fácil de hacer, saludable y
equilibrada. El menú a su vez varía si es invierno o verano.
Una de las cosas por
las que terminamos contratando la comida de los catering es porque nos mata
tener que pensar que hacer cada día. Haciendo una lista que podamos tener a la
vista con las distintas comidas que más les gusta reduce,
considerablemente el stress y por
supuesto el tiempo.
Aquí les incluyo la lista en la que yo me baso para
prepararle las viandas diarias, ya pronta para que la puedan imprimir.
Generemos hábitos de comida saludable
Siendo que están en
pleno desarrollo, el tipo alimentación es uno de los factores que determinan su
condición física actual pero sobre todo a futuro, ya que desde edades tempranas
se generan hábitos de conducta que ya se sabe serán muy difíciles de modificar
a futuro.
Los niños cada vez
menos relacionan la comida con una experiencia placentera por la falta de
tiempo de los adultos. Cada vez dedicamos menos tiempo a cocinar, menos tiempo
a comer, y también menos tiempo para enseñarles a los niños cómo alimentarse. Más
de una vez he escuchado a psicólogas decir, que hay que servirles la
comida que toco ése día y si no la comen en unos 20 min, no importa, se la
servimos más tarde luego la comerán. Lo que me parece un error que si además se
la servimos fría le estamos imponiendo una penitencia.
Ya es sabido, lo
conveniente que es tomarse todo el tiempo para masticar y comer tranquilamente.
La realidad es que vivimos apurándolos, lamentablemente el colegio no escapa a
esto, verán que tienen media hora para comer, tiempo que incluye el pasaje por el micro y guardar
el tuper y lavarse los dientes. Los que
trabajan saben muy bien lo que es comer en media hora. La mayoría de las veces
mi hijo me decía que no comió todo porque no le dio el tiempo. Yo recomiendo
por éste motivo; enviarles comida que sea práctica de manejar y si pueden
comerla con la manos mejor, las reglas de etiqueta deberían pasar a un segundo plano ante una buena
alimentación.
Por otro lado hay padres que le pueden dedicar poco tiempo a
sus hijos en la semana, y el escaso tiempo que le dedican es precisamente
durante la cena, no digo que sea malo cenar en familia pero el interactuar los
padres con sus hijos casi exclusivamente
cuando hay comida de por medio, los niños internalizan que es a travéz de la
comida que debemos relacionarnos con los demás. No en vano la mayoría de los
adultos no concebimos un paseo o salida que no sea alrededor de una comida. Seguramente
terminen relacionando la comida con algo que les reconforta. Hay que enseñarles
que hay que comer para vivir y no vivir para comer. Tampoco es conveniente para
los ellos ni para los adultos que la ingesta principal del día sea por la
noche, recordando el famoso dicho;
Desayunar como un rey,Almorzar como un príncipe,Y cenar como un mendigo.
Propongámonos que el almuerzo sea una comida completa y no
de paso.
Tampoco hay que utilizar la comida como recompensa, besos
abrazos y palabras de alabanzas son el mejor alimento para el alma. Hay mucho
contenido emocional en la comida, recuerden que es el primer vínculo que se
establece en primer lugar con la madre y luego con ambos padres.
Hay una máxima que dice: Uno es lo que come, y como todo
padre queremos ayudar a nuestros hijos que lleguen a ser lo mejor que puedan
ser, por eso le elegimos el mejor colegio al que los podemos llevar, los
mejores zapatos, los mejores juguetes etc. ofrezcámosles entonces la mejor
comida que le podamos brindar.
Una buena alimentación dependerá obviamente de las proporciones correctas de las frutas y
verduras, cereales proteínas y carbohidratos que ingieran, todos conocemos la
famosa pirámide alimenticia.
Pero que la incorporen de una manera grata,
afectara positivamente en su relación con la comida a futuro. Lograrlo
dependerá no sólo que sea de su gusto sino de cómo se las sirvamos y de la
temperatura adecuada. Porque de lo contrario no lograremos que adquieran esos
buenos hábitos alimenticios que deseamos. Obligarlos a comer algo que no les
guste no ayuda para nada por el contario hacemos que les fastidie aún más. Insistamos
sí en que coman aquellos alimentos que saludables y que generalmente no les
gustan a los niños, pero, luego de que hayamos encontrado la fórmula para
prepararlos que queden ricos o disimulados. Finalmente cuando lo que comen es sano en las proporciones correctas nunca nos tendremos
que preocuparnos si comen de más.
No quiere decir que resulte sencillo encausarlos en camino
de la comida saludable indudablemente cuando comen en casa es más fácil que cuando hay que planificar
cocinarles y dirigir su alimentación a distancia como cuando almuerzan en el colegio.
En el próximo capítulo describo Menús sugeridos para los
almuerzos de los niños en el colegio, elaborados en casa de una manera fácil y
saludable.
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